sábado, 23 de febrero de 2008

La Puerta de entrada

Me gustan las casas que tienen este tipo de puerta, da igual que sean de castaño o de pino, cuando mis ojos se encuentran con ella ya me esta llamando a gritos algo desde el interior, "ven acércate, echa un vistazo y si estoy atrancada observa por el ojo de la cerradura", es inevitable, y es que esta puerta ya en si misma es un claro indicio de lo que voy a encontrar si la traspaso.

Es cierto, rara vez me he equivocado, y aunque el interior este en estado francamente ruinoso siempre suele tener espacio suficiente para empezar a soñar en tirar tabiques, crear espacios más diáfanos, dejar la madera a la vista, una madera que de puro agradecida a menos que este infectada de xilófagos y pudrición, por muy vieja que sea, en cuanto recibe tratamiento y barniz, vuelve a recuperar todo su esplendor.

Este tipo de construcción madera y piedra me encanta, es robusta y acogedora, y más que las viviendas, me gustan los establos, fuertes y rotundos, preparados para soportar las embestidas de los animales, espaciosos (me ahorran tirar tabiques y diseño el interior con total libertad).

Espacio y luz, es lo que deseo en mis casas y si no puedo recibirla desde ventanas, desde el techo, la luz que entra desde arriba ilumina muchísimo y proporciona matices de contraluz en la piedra que logran hacer de un muro, un elemento decorativo de día, y de noche a quien no le gusta una ventana al cielo donde observar las estrellas o la lluvia?.

A menos que esté echa pedacitos siempre procuro dejar la puerta que tanto me prometió y en agradecimiento la restauro y la mimo para que siga siendo guardiana de nuestros sueños.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por cuantos pasadizos he andado ?
cuantas curvas ? cuantas rectas?
cuantas puertas se han habierto ?
y cuantas se han cerrado?
algunas que estaban frente a mi
otras a mi espalda.
unas por un tiempo impresiso
otras con candado.
Pero cuantas puertas he atravesado?
he abierto puertas que contenian la alegria
puertas que encerraban el dolor
puertas que daban hacia el amor
y puertas que llevan al odio
he abierto puertas grandes
y puertas pequeñitas.
y de todas ellas que ha quedado?
apenas el recuerdo de haber pasado?
que la vida es un ir sin retorno
un caminar mirando el horizonte.
un mar abierto a cualquier parte.
cual será la proxima estación?
y cual la proxima puerta?
si hay una puerta a tu corazón
dejamela abierta.

Anónimo dijo...

La lectura de la verdadera poesía necesita que respiremos diferente. Un poema es la puerta de entrada a un mundo, comprenderlo es aprender a mirar, a tocar y sentir lo que nos rodea como si fuese la primera vez.