martes, 11 de marzo de 2008

Chefchaouen


Si alguna vez viajais a Marruecos, no dejeis de visitar este pueblito rural en el corazón del valle del Rif, donde se comercia el mejor jachis del mundo /eso dicen/.


El pueblo es precioso, tiene una belleza especial, no guarda ningún orden ni concierto en el entramado de sus calles, sinuosas, en la misma ladera de la montaña con un intrincado recorrido, donde una esquina no coincide con otra, la altura de las casas tampoco, no existen medidas estandares para nada, y sin embargo guardan una unidad en cuanto a la estética tremenda, esa unidad la consiguen gracias a la tonalidad reinante en la pintura de la mayoria de las viviendas, cal blanca teñida con añil, este color inunda de tonos marineros nuestras pulilas en una zona de sierra, miles y miles de capas de cal mezclada en cada pase con distintos matices de azul, nunca consiguen el tono exacto y estas degradaciones incontroladas,( son polvos añil naturales que al mezclarse con agua es imposible calcular la misma gradación), favorecen ese efecto tan sorprendente, relajante y limpio en contraste con la suciedad de otras ciudades marroquies.


No solo Chaouen es famosa por su jachis, tambien tienen una industria artesanal de jarapas y tapices con un colorido intenso, y que al estar colocadas en las puertas de los almacenes callejeros, destacan con el blanco y azul proporcionando un autentico arcoiris para los sentidos, lamparas de metal, muebles con incrustaciones de otras maderas /taracea/, marroquineria, y miles de productos más . Llevar dinerito preparado en el bolsillo!! , porque aunque todo es baratisimo, terminas gastandote un pastón porque lo querrias comprar todo.

Aquello es el paraiso del fotografo, por cualquier esquina que vayas tienes escenas que es imposible resistirse a dejarlas escapar, una mujer llevando pastelillos en una bandeja para hornear (los hornos son privados, pero todo el mundo hace su pan y pastelillos en casa y los lleva al horno dejando como pago una cantidad) , otra fátima (mujer) limpiando o encalando el suelo de su patio lleno de macetas, borriquillos con niños, hombres de cara arrugada con chilabas, más fátimas lavando ropa en el antiguo lavadero, restaurado hace poco con dinero del gobierno Español (más dinero tendriamos que aportar). En fin miles de escenas que menos mal que disponemos de digitales, sino los antiguos carretes nos iban a arruinar.

En cuanto a la comida, no soy escrupulosa me gusta comer de todo, y como es el reino de las especias y picantes, más feliz que un rucho, de los que abundan, aqui están protegidos y allí los ves por todos lados.

Existe un peligro inminente para este pueblo, y es la cantidad de turismo que esta teniendo de unos años para aca, he notado la última vez que estuve que se está construyendo edificaciones nuevas, bastantes bonitas por cierto, al estilo del pueblo, pero son apartamentos con piscina y a unos precios increibles no superan los 20.000 euros, entiendo que el turismo lo impone, pero creo que estos dividendos no van a parar precisamente al pueblo marroqui, sino a los tour operadores, y realmente se pueden cargar la belleza y el encanto artesanal de este pueblo como lo inundemos con nuestra calidad de vida que no tiene porque coincidir con la suya.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos invitas a visitarlo pero nos pides que no lo inundemos

mojadopapel dijo...

Es cierto es una contradicción lo recomiendo al viajero porque es precioso, pero se que todo el encanto natural que todavia se puede apreciar, dentro de unos años se puede perder, como le ha pasado a nuestra Santillana del Mar,a las Alpujarras, o a nuestra Alberca en Salamanca, no es que dejen de ser bellas, es que cuando se aglomeran de gente pierden su naturaleza cotidiana, para ser túristica y no es lo mismo