miércoles, 16 de abril de 2008

Hipnósis










































No hay cosa que me atraiga más que estar sentada delante de un buen fuego, puedo pasar mil horas atraída, subyugada por ese arder de brasas, por esa mixtura de colores indescriptible, cambiante, inatrapable, solo puede mejorar la sensación una buena música, una buena compañía, un buen vino. Da igual que sea fuego en chimenea o fogata en el mar, los dos he vivido, pero nunca alguien me sedujo delante de un buen fuego, y la verdad es una asignatura pendiente que quizás algún día, /quien sabe/ pueda cumplir. Me gustaría arder.


"Otoño" (Octavio Paz)


En llamas, en otoños, incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!

Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro de mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...

Y algo que no se sabe y dice "nunca"
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.

2 comentarios:

desierto dijo...

tres cositas
una no me pueden seducir delante de un buen fuego, a no ser el fuego mismo (muy chulas las fotos)
dos si me sigues trayendo a OP, me ato a una pata de tu blog
y tres gracias por tu visita

saludo

mojadopapel dijo...

En eso tienes razón Desierto, el seductor que me seduzca tendra que competir con el fuego, Un besillo.