jueves, 18 de septiembre de 2008

Cerco de la luna



Llegue a Bejar el martes, y ayer miércoles regrese otra vez a Salamanca, la muerte volvió a visitar nuestra casa, mi padre se ha derrumbado. Aguanto el tipo estoicamente en la muerte de mi hermano por hacer fuerte a mi madre, pero perder dos hermanos y un hijo en el intervalo de unos pocos meses es mucho para el espíritu y el cuerpo, y esque ya lo he comentado más veces, una muerte nunca ayuda a superar otra, son acumulativas, y tantas seguidas acaban haciendo mella....máxime, cuando se tiene ochenta años y psicologicamente afecta más porque ves que estas en primera linea de batalla por purita lógica, aunque la muerte no sabe de edades.

Lo positivo, "que es lo único que hay que tener en cuenta", es que tuvimos una reunión familiar de hermanos distrayendo a mi padre hasta la una de la madrugada, contando anécdotas y riendonos como si la muerte no existiese en nuestras vidas, conseguimos el objetivo e impusimos la vida que para eso la tenemos para imponerla porque si no, la muerte nos gana la batalla, y eso "Nunca", y como regalo antes de dormir una hermosa visión de cerco de luna que me tranquilizo el alma.

3 comentarios:

Luis Felipe Comendador dijo...

"Lo que queda
-tan poco ya-
sería suficiente
si durase."

[Ángel González]

Impongamos la vida, chiquitilla.

Un beso

mojadopapel dijo...

Gracias a los dos, ánimo Donce.Besos

Anónimo dijo...

Un abrazo de los fuertes, corazón.

Dnc