Es imposible darle descanso a mi maleta, es como una droga, si me proponen viajar y además me invitan, allá voy yo como una posesa otra vez dirección sureste, no me importan los kilómetros me gusta comerlos y el tiempo gastado en su paso no es tiempo perdido, ya tengo habilidad en ir nutriendo la vista de belleza paisajista mientras conduzco, además viajar me sirve para ordenar pensamientos, aclarar ideas, organizar tiempos, pero sobre todo me relaja, y acompañada de buena música disfruto con ensoñaciones aventureras, cuando llego al destino parece que milagrosamente me he trasladado en el espacio como por arte de magia. Voilá aquí estoy yo.
Mirar atrás de Elías Moro
Hace 6 horas
1 comentario:
Jeje, pareces el baúl de la Piquer.
dnc
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