sábado, 13 de diciembre de 2008

Fernando Zóbel







"Las simplificaciones lineales nos muestran cómo Zóbel busca la brevedad, la rapidez. Lo nimio y lo vertiginoso, sujetos al mandato del ritmo -ritmo de perspectivas, luces, horas- son objetos del dibujo de Zóbel. El busca, muy pensadamente, la imagen en la fugacidad. Sus dibujos a pluma, en tinta negra, de minúsculo trazo, comportan ese sello ritual, de ordenación suave y elegante. No es un algo fugaz lo que él dibuja. Sino su propio surco substancioso, su trazo, en suma, su significación escorzal. El puritano ánimo de la contemplación observa las figuras en el trance del tiempo. En unas solas rayas pudiera definirse el perfil del almendro contra el azul vertiginoso. El simplismo oriental apresa las imágenes por sus trazos continuos, los caracteres conquistables por la línea

Finalmente sobre su pintura decir que en la mayoría de los casos encontramos una estructuración abstracta del paisaje sobre el lienzo. Sus composiciones, sus volúmenes y sus ritmos son meros apuntes cromáticos, con frecuencia, profundamente líricos"

Este comentario robado de Internet, compendia a la perfección lo que es la pintura y los dibujos de Zobel, uno de los pintores españoles más importantes de este siglo, y uno de los que a mi más me gustan, por su sinceridad, su transparencia su carácter de trazo rápido y apunte, principalmente pintor abstracto y promotor del postimpresionismo, su interes por la caligrafia oriental marcó de manera definitiva su obra. Me encanta.

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Pintor filipino nacido en Manila. Hijo de una importante familia española, se establece en Madrid, a los 9 años comienza sus estudios que se ven interrumpidos por la Guerra Civil que le sorprende en San Juan de Luz. Regresa a Filipinas para iniciar el bachillerato y allí permanece durante la ocupación japonesa de las islas en la Segunda Guerra Mundial. En 1942, un problema en su columna vertebral le obliga a pasar un año de reposo en cama, siendo en este período cuando empieza a pintar. Terminada la guerra, entrará en contacto con los ambientes artísticos tanto filipinos como americanos y entre 1946 y 1949 estudia Filosofía y Letras, licenciándose con Magma Cum Laude con un estudio sobre Federico García Lorca. Permanece ligado a la Universidad como investigador bibliográfico, si bien la pintura cada vez le atrae más. Conoce a Reed Champion, Hyman Bloom, etc., y ensaya toda clase de técnicas, aguafuerte, xilografía, etc. En 1951, expone por primera vez en Boston y en Manila. Junto con otros jóvenes artistas, exponen y promocionan el arte postimpresionista, además de estudiar y escribir sobre arte. En estos años es cuando descubre la pintura de Mark Rothko así como las inmensas posibilidades de la fotografía. En 1955, viaja por Europa y en España entabla amistad con Gerardo Rueda, Feito, Antonio Lorenzo, etc., sin embargo esta actividad no le aleja de Filipinas donde ocupa la Cátedra de Bellas Artes de la Universidad de Ateneo de Manila que en 1962 le concede el primer Doctorado Honoris Causa de esta Universidad. Hasta el comienzo de los años 60 su pintura continúa evolucionando, pasando por la serie negra, volviendo al color y alcanzando ese tono lírico que se respira en sus cuadros, sin embargo, el arte de Fernando Zóbel no se entendería plenamente si olvidásemos su interés por la caligrafía oriental tan presente en la mayor parte de sus obras. Su relación con los ambientes artísticos en España le llevan a conocer al también pintor Gustavo Torner, su gran amigo, que en 1963 le traerá a Cuenca y que le introduce en la ciudad la cual le seduce de tal modo que le lleva no sólo a afincarse allí, sino también, ayudado por Gerardo Rueda y Gustavo Torner, a instalar en las mismas Casas Colgadas, el monumento más emblemático de la ciudad, el Museo de Arte Abstracto Español con los fondos de su colección personal que reunía obras de Rueda, Sempere, Saura, Chirino, Lorenzo, Torner, Feito, Tapies, Millares y otros. Fernando Zobel falleció repentinamente en Roma el año 1984 y está enterrado en la ciudad de Cuenca.



1 comentario:

Marina dijo...

Cuando yo estaba en el instituto me gustaba la pintura abstracta, ahora, serán los años, no la entiendo tanto... al menos no me provoca sentimientos demasiado fuertes. tb es cierto que soy bastante ignorante en estas lides.

Por cierto, permíteme un atrevimiento, las letras azules sobre el negro, las leo fatal, aunque quizá tenga las gafas sucias, como casi siempre, o necesite más graduación, estas lupas ya me quedan pequeñas.
Un beso