sábado, 5 de septiembre de 2009

Constancia


Si me vieras caminando tranquilamente
y en mi cara presintieras armonía,
ten por seguro que me siento bien,
que sigo luchando por dentro
y que no me he rendido aún.

Sabrás entonces que todavía puedo hacer promesas
y que pienso cumplir cada una de ellas
hasta que no pueda más.

Si me vieras caminando tranquilo,
apuesta que he salido a comerme el mundo
a pesar de los imponderables de los hombres
y que pienso lograr todo lo que me proponga.

Si me vieras detenido en un cruce,
no dudes de que seguiré adelante
justo por donde me indique mi intuición,
y que llegaré a otro cruce, y a otro…

Si dudas de mí, te estás equivocando, amigo.
Gastaré la suela de mis zapatos
y sangrarán mis pies,
me quedaré sin saliva,
me sentiré agotado…

pero siempre seguiré mi camino.


11 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

A trazar el camino bajo los pies y descubrir el mundo.

Isabel Huete dijo...

Una combinación de imagen y poema la mar de acertada.
Hay que caminar sin descanso para poder encontrar las puertas abiertas.
Un beso grande, cielota.

dintel dijo...

La última frase debiera ser la primera. ;)

Anónimo dijo...

Si te viera cansada, fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer camino...
Si te viera sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedes, porque ya no sigues...
Te recordare cómo es un comienzo,
iré a desafiate con mi desafío.
Te moveré el alma, te daré el impulso,
llevándote a ti mismo...
Tu sabrás entonces encender la lámpara
en el tiempo oscuro y entre el viento frío
Volverás a ser fuego desde brasas quietas
que alumbren y revivan tu andar peregrino.
Te susurrare aquella consigna
del primer paso para un principio.
Te mostrare la garra que se necesita
para levantarse desde lo caído.
Si te veo cansada fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos.
Te traeré a la memoria que también hay puentes,
que también hay alas que no hemos visto...
Que vamos armados de fe y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida plena,
y todo nos guía hacia nuestro sitio.
Que un primer paso y que un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, estremece,
deshoja y retoña, pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante
es aquél que cubre nuestro pie extendido...
Si te veo cansada, fuera del sendero,
solitaria y triste, quebrada y herida,
me sentare a tu lado, tomare tus manos,
entrare por tus ojos hasta tu escondrijo.
Y te diré se puede, e insistiré: tu puedes,
hasta que entienda que tu puedes lo mismo.
Que mi voz te despierte, desde mi certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y tal vez, si quieres, te prestare mis brazos,
para incorporarte, nueva y decidida.
Que la unión es triunfo cuando
ambos vamos con el mismo brío...
Si te veo cansada, fuera del sendero,
llevare tu mirada hacia tu camino
Te haré ver las huellas, que allá están marcadas,
de un paso tras otro por donde has venido...
Y iré contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.
Que abrirás otro rumbo porque sí, ya has creído,
que siempre se puede...
se puede, Mi Amiga..

Gabriel Cusac dijo...

Al fin y al cabo: caminante, no hay camino, se hace camino al andar.

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Preciosos versos de L.F.Comendador, que invitan a no desfallecer jamás.

Giacometti tremendo siempre.

Un post con un optimismo necesario.

Anónimo dijo...

Buenos días, mojadopapel:

- Y en la cabeza, el caminar siempre tras el recuerdo de "los monolitos de color dorado" de la infancia.

-¿De quién es el texto que acompaña a la escultura?.

Saludos. Gelu

mojadopapel dijo...

Gelu siempre coloco en el apartado "etiquetas" el nombre del autor o autores.Gracias por tu presencia.

mojadopapel dijo...

Anónimo, me gustaría saber tu nombre para agradecerte este maravilloso poema.

Anónimo dijo...

es una adaptación de Una poesía de Vera da Carvalho para ti me gusto y este anónimo siempre tiene nombre

Anónimo dijo...

Buenos días, mojado papel:

He vuelto a releer los poemas de lujo de LFC y Anónimo.
Preciosos ambos. Y de ánimos y amistad. Sumo -modestamente- mis palabras, a las de ellos.
-----

¡Ay, mi amigo!.
Si me ves sentada, fuera del sendero
sin fuerzas ni ganas para desafíos
Si estás a mi lado
Y con tu voz insistes.
Y si entre las tuyas colocas mis manos
Y entras por mis ojos
hasta donde encierro todos los secretos
que encontré en el recorrido, largo,
y duro del camino...
Y en lo que nos queda
vamos muy unidos,
Ya no temeremos a cansancio,
ni a abismos ni a fríos.

Y ya en la madrugada,
como un eco oiremos:
"Se puede, ¿ves como se puede?
Lo hemos conseguido".

Saludos. Gelu