jueves, 22 de octubre de 2009

Los desheredados



Olvidaré el pulso de los rios
su caudal de memoria,
los nombres que nacieron
para morir sin fecha,
eternamente
como mueren los dioses que no mueren.

Y ganaré del tiempo su recuerdo,
una razón dispuesta a la locura
y el sentido de todos los fracasos
que habitan un dolor que solo duele.
No hay pureza en la herida que no sangra.

Somos seres humanos en suspenso
a ras de la impaciencia, del amor
que muerde con sus fauces
la lengua de la escarcha, el pulmón del frio
Tan sólo hombre y mujer aconteciendo.

Hemos envejecido en un poema
la vastedad del verbo
(que nunca ocurre a solas)
amar, con la inocencia venenosa
de los desheredados.

Dame sólo la libertad más pobre,
la misma vida.

6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Hemos cambiado nuestro bienestar por la supervivencia de los heredados. Mal trueque. Corrijamos.

SILVIA dijo...

Me encanta esta foto... no sé, tiene algo que me llama la atención y no sé muy bien que es. Seguiré investigando mientras la miro y la remiro.
"...dame sólo la libertad más pobre, la misma vida...!"
Que hermosa frase.
Enhorabuena. Mil besitos!!!

Isabel Huete dijo...

Me encanta eso de que "Somos seres humanos en suspenso a ras de la impaciencia..." Es cierto, siempre estamos pendiendo del hilo de la vida, deseando que ésta se desenrolle del todo para tocar el cielo que nunca llega.
Besitos, corazona.

Marina dijo...

¿La vida es pobre? Me gusta su pobreza... seré pobre, pues, mientras la existo.
Un beso guapa.

dintel dijo...

La imagen de envejecer en un poema, me encanta.

Donce dijo...

MUACCCCCC