No existe el infinito:
el infinito es la sorpresa de los límites.
Alguien constata su impotencia
y luego la prolonga más allá de la imagen, en la idea,
y nace el infinito.
El infinito es el dolor
de la razón que asalta nuestro cuerpo.
No existe el infinito, pero sí el instante:
abierto, atemporal, intenso, dilatado, sólido;
en él un gesto se hace eterno.
Un gesto es un trayecto y una trayectoria,
un estuario, un delta de cuerpos que confluyen,
más que trayecto un punto, un estallido,
un gesto no es inicio ni término de nada,
no hay voluntad en el gesto, sino impacto;
un gesto no se hace: acontece.
Y cuando algo acontece no hay escapatoria:
toda mirada tiene lugar en el destello,
toda voz es un signo, toda palabra forma
parte del mismo texto.
5 comentarios:
El infinito lo llevamos todos dentro.
Besos.
...Y es que siempre hay un límite: El que cada cual se marque.
Muy bueno. Besánganos!!!
"Es breve y temporal como instante que es, pasajero como instante que es, es pasado como sucede a cada instante en el siguiente instante, y decisivo por estar lleno de eternidad."
Estas palabras de Sorën lo dicen todo. Suerte.
El infinito es imaginario, una huída de aquello que nos duele, la búsqueda del espacio más lejano posible. Y no sabemos mirar la infinita belleza de lo que reposa junto al dolor porque éste la oscurece. Sin duda hay que apartarlo para que se haga la luz de los instantes.
Besitos, cariñota.
¡Bonitos comentarios!.Gracias
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