viernes, 15 de octubre de 2010

Desde las nueve


Doce y media. Rápidamente el tiempo
pasó desde las nueve, cuando encendí mi lámpara
y me senté aquí. Estoy sentado
sin hablar o leer. ¿A quién podría hablar
en la casa desierta?

La imagen de mi cuerpo joven,
cuando encendí mi lámpara a las nueve,
vino a mi encuentro despertando
un perfume de cámaras cerradas
y pasado placer. ¡Qué audaz placer!
También trajo a mis ojos
calles ahora no reconocibles,
lugares de otro tiempo donde la vida ardió,
viejos teatros o cafés difuntos.

La imagen de mi cuerpo joven vino
y me trajo también memorias tristes:
las penas familiares, los adioses,
los sentimientos de los míos, los sentimientos de los muertos
apenas atendidos.

Doce y media. Cómo pasan las horas.
Doce y media. Cómo pasan los años.

Versión de José Ángel Valente

2 comentarios:

SILVIA dijo...

"Todo pasa y todo queda...
pero lo nuestro es pasar..."
Un abrazote!!

Anónimo dijo...

Buenos días, mojadopapel:

Copio unos versos de C.P.Cavafis, (traducción del griego Pedro Bádenas de la Peña), para que hagan un poco de compañía al poema,versión de José Ángel Valente, que nos has traído.

UN VIEJO (1897)
En el fondo de un bullicioso café
inclinado sobre la mesa, está sentado un viejo;
con un periódico delante, sin compañía.

Y en el abandono de su triste vejez
medita cuán poco gozó de los años
en que aún tenía vigor, verbo y belleza.

Sabe que ha envejecido mucho; lo siente, lo ve.
Y, sin embargo, el tiempo en que fue joven le parece
ayer. ¡Qué poco tiempo hace, qué poco tiempo!

Ve cómo de él se burló la Prudencia
y cómo en ella fio siempre –qué locura-
que falaz decía: “Mañana. Tienes mucho tiempo”

Recuerda impulsos que contuvo y tanto
gozo como sacrificó. Cada ocasión perdida
se burla ahora de su sensatez sin seso.

...Pero de tanto pensar y recordar,
el viejo cae aturdido. Y se duerme
apoyado en la mesa del café.

Saludos. Gelu