miércoles, 5 de octubre de 2011

Gabriel Celaya























La bonita mentira de cada día
no engaña a nadie, pero ayuda a vivir, y exalta.
No pido más.


Amanece inundando.
Los pájaros cantores
cierran los circuitos eléctricos del día.
¡Es la belleza, es la vida!
La cabeza se enciende como una bombilla
a unos doscientos voltios de normal poesía.
¿Es la belleza? No sé.
Es el mundo habitual de la pereza
donde mis números sirven,
mis distancias miden,
mis ideas cuentan,
no se funde el aparato que en mí versifica.
¿Es la vida?
Sé que hay otra
más real, más escondida, menos mía,
pero ésta es mi alegría, mi mentira,
y los átomos me dejan de momento
que viva en mi fantasía,
es decir, en lo vulgar
del día que es tan sólo un cada día
sin más, normal,
fabulosamente real.

5 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es momento de cosechar estas alegrías.
Besos.

SILVIA dijo...

Después de una larga ausencia, regreso...un placer leerte de nuevo. Besos!!

mojadopapel dijo...

Me alegro verte por aquí Silvia.

Marina dijo...

¿Y qué te puedo decir que tú no adivines?

Un abrazo es lo que toca ahora.

Anónimo dijo...

por lo que veo entras en el club de forofas de Celaya. Me encanta.
Emma