domingo, 17 de febrero de 2013

















Son claro-oscuros
los instantes finales de
tu no llegar.

7 comentarios:

Marina dijo...

QUizá terminen siendo claros por la llegada o solo oscuros por el no llegar...lo único claro es que mientras tanto, el reloj nos marca la incertidumbre.

Besos corazón

Anónimo dijo...

Hubo un tiempo en el que los días pasaban de largo,
con miradas de cielo gris y nubes desteñidas.

Y la soledad estaba sentada en una banca a la orilla del río,
como queriendo ahogarse.

Un abismo abrió la boca goteando saliva en un hilo de luz.
Y un caos amenazaba arañando el interior.

Ningún mar furioso pudo tragarse nuestro viaje,
llegamos a la misma orilla encima de diferentes olas.

Ningún silencio pudo tragarse nuestras ganas.
Entonces una mano se aferró a la mudez del viento,
a la arena encendida.
Y el sol se diluía entre la nada.
Crepitaba.

Llegamos a la cama y le partimos el rostro al viejo mundo
hasta dejarlo irreconocible.

Y lo soltamos en un sendero desnudo que yace amordazado.
Sabe soñarse y canta gotas de lluvia.

Ahora somos una tormenta de futuros,
un nuevo mundo creciendo desde el suelo de un sueño,
una canción que es un camino y no termina.

Anónimo dijo...

El anónimo anterior podría haber citado la procedencia del poema que transcribe en su comentario:
http://cartasdeceniza.wordpress.com/2012/02/17/310/

Anónimo dijo...

El comentarista anónimo anterior podría haber indicado la procedencia del poema que transcribe:
http://cartasdeceniza.wordpress.com/2012/02/17/310/

Myriam dijo...

Ufff, llego, llego y te traigo un candil, ya se que no soy ese pero.... al menos, llego :-)

Besos

mojadopapel dijo...

Gracias Myriam por tu punto de luz.

Marina la incertidumbre puede ser la sorpresa de mañana,cést la vie.

Anónimos no os peleéis que el poema es precioso...da igual de donde venga bienvenido es.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Eso es la vida. Claro-oscura, densamente.
Beso.