lunes, 22 de mayo de 2017

Tres días con Karmelo C. Iribarren


 A las   pruebas me remito....me va a pegar este Karmelo sonriente

Vi a Karmelo por primera vez en la plaza amplia que hay frente a la catedral de Burgos. Estaba ansiosa y un poco nerviosa por conocer y enfrentarme a este monstruo literario en el que se está çonvirtiendo Karmelo C. Iribarren para la poesía española actual. Y allí estaba él, en mitad de la plaza, solitario y  aterido de frío (hacía un frío de narices en Burgos)... Le ofrecí pasarnos al rayito de sol que se colaba cerca de nosotros para protegernos en nuestro primer encuentro y que no resultara tan fría la conversación. No fue suficiente y nos arropamos mejor con un buen café en el que intercambiamos charla animada y cautelosa, mientras nos acercábamos. La conversación con Karmelo siempre es interesante y muy enriquecedora e hizo falta poco tiempo para encontrarnos a gusto.

Durante tres días  hemos compartido distintos eventos en la Feria del libro de Burgos  a la que Karmelo estaba invitado para la sesión inaugural y en la que  Pedro Ojeda hizo una magnífica presentación en la Sala Polisón del Teatro Principal de esta ciudad acercándonos más al autor y a su poética.

Estoy contenta de haber conocido a Karmelo en persona. Ya conocía sus poemas y su personal forma de escribirlos en todas sus temáticas, que rezuman vida, pero he tenido la gran suerte de tratar a Karmelo en estos días y darme cuenta que bajo el personaje poeta se encuentra un Karmelo muy humano, con sus miedos y preocupaciones, con un gran sentido crítico hacia todo y un profundo revisionismo hacia todo lo malo que hace el ser humano....un poco desesperanzado de todo, pero crítico al fin y al cabo, con una crítica que va hacia la conciencia social en todos sus ámbitos, tanto ideológica como política. Es un lector empedernido, autodidacta y con un gran culturón, para nada le hace falta ningún titulo. Karmelo potencia una imagen adusta y ceñuda que no le va  en la realidad, al contrario....es un disfrutón de todo y lleva buen humor e ironía fina pegada a la piel, tremendamente observador... aunque a veces parezca que está en su mundo (seguro que está buscando la chispa de un poema o el título que adorne el final de alguno). No quiere salir sonriente en las fotografías nunca y le dije que eso en Sevilla se llama "postureo" -espero que no me mate por ello -. Cosas de poetas.

Y llegó, un día después, Ana.... elegante, enérgica y necesaria, con la novedad editorial de Karmelo bajo el brazo, recién salidita del horno, y nunca olvidaré que tengo la primera dedicatoria firmada de su libro " Mientras me alejo".....y tengo que decir que Karmelo nunca se aleja.....siempre se acerca. Han sido unos días inolvidables.

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Tres días inolvidables, desde luego.

Myriam dijo...

Gracias por esta crónica tan linda
y por acercarme a un autor que no conozco,
a decir verdad.

Las fotos preciosas. En la primera se ve
que Karmelo y tú están ateridos de frio, pero en las otras dos
veo que tienes un poncho o ruana divino.
(y me encantó la última, se ve que la pasaron muy bien).

Besotes

Abejita de la Vega dijo...

De la magnífica presentación doy fe. Karmelo, un poeta al que se le entiende, qué alivio.
Besos