jueves, 8 de enero de 2009

Detengan el mundo que me bajo


Ayer cenando con mis hijos surgió una conversación que nos mantuvo hablando hasta bien tarde, me gustan estas conversaciones en las que se habla tranquilo y se ponen encima del mantel variadas ideas y posiciones.

Hablamos de este mundo de locos y del consumismo desenfrenado de la Navidad y posterior desbandada enloquecida en pos de las rebajas, por un lado estaba la postura más socialista que quería romper con todo, cambiar todo, no se encuentra a gusto en este sistema de vida social que tenemos establecido en el cual lo que prima es la competitividad, la ostentación, la envidia y el consumismo. Se propugnaba una forma de vida más tranquila, más serena, volver a los orígenes, aprender a vivir "con menos" en vez de "con más", vivir a base de agricultura de subsistencia y largarse al campo huyendo de la ciudad..........me gustaba escucharlo porque yo era así y creo que a pesar de la utopía todavía queda algo en mi que se rebela, cada vez se enredaba más la conversación en directrices de consenso y primando la idea de que el el hombre es un ser social y como tal, con el progreso, hemos llegado a un tipo de sociedad en la cual queremos comodidades, queremos multiplicidad de alimentos primarios y exóticos, queremos atención sanitaria de primer orden, educación avanzada, justicia justa (valga la redundancia porque no existe), instalaciones deportivas, tecnología puntera en nuestras casas, espacios de recreo y ocio....en definitiva hemos llegado a la "sociedad del bienestar" y la pregunta surge de inmediato .......pero....¿estamos bien?, hemos avanzado en realidad o es un engaño psicológico.
Nadie quiere realizar trabajos que exijan esfuerzo, se propugnan estudios universitarios para todos cuando tiene que existir especialistas que desarrollen trabajos medios, pero claro no con unos estudios tan densos llenos de asignaturas tan culturales, y con unos niveles de formación tan altos que a veces superen estudios medios, la "titulitis" es un gran mal en nuestros dias.......y es que somos tantos que hay que marcar la diferencia para que te den un puesto de trabajo, hablamos de la masificación y del paro, y de la incongruencia de cobrar este mientras la inmigración tiene que cubrir los puestos que nadie quiere realizar, de la poca capacidad que tenemos para desprendernos de todas las cosas que nos atan y emigrar a zonas despobladas de nuestro pais y del mundo a desarrollar una labor constructiva sin apuntarse medallas ni tener que pisar el cuello a nadie, pero claro ¿como nos desprendemos de todo esto que nos ata?, acostumbrarse al bienestar es facil, somos incapaces de imaginarnos en una isla desierta, o en mitad del campo, sin asistencia medica a dos pasos de casa con miedo a la soledad o a la posibilidad de expolio, no buscar respuestas que no te pueda contestar Internet, es una locura .........que bienestar tenemos más inmenso!!!!! pero que dependientes somos,....... nuestros politicos no controlan el exceso de fabricación y manufacturas porque eso indica más puestos de trabajo en el ranking social, no detienen la especulación ni el exceso de construcción exactamente por la misma razón y aconsejan más consumismo para detener la crisis para eximirse del no control,...... esque estamos locos!!!! la conversación al final mostraba nuestra impotencia , porque ya tampoco te dejan vivir en plan troglodita, se necesitan papeles para casi todo, todo es una mierda y dan ganas de decir .......detengan el mundo que yo me bajo.

4 comentarios:

Femmedchocolat dijo...

Hubo un tiempo en que también yo barajé la posibilidad de cambiar la ciudad por el campo .
Luego me di cuenta de que soy una mujer profundamante de asfalto ( en cuanto a relaciones y ambiente cultural se refiere) y que en realidad tengo "el campo " en casa. Me explico. Soy profundamente artesana, para todo; desde muebles a toda clase de reformas hechas en casa ( por mí) ( tirada o levantada de tabiques incluídas) decoración ,tapicerías...plantas... Todo lo que te imagines. Y la verdad que no me quejo del resultado .Pero es cierto, confieso, que lo de vivir aislada, en un pueblo y tal... buff me da agorafobia solo de pensarlo.

Fui una vez a Villafranca (un pueblecito en Navarra) Y el pueblo y sus gentes son encantadoras ( además iba con familia, y ... todo bien...) pero... ese silencio atronador... a las 5 de la tarde . Esa oscuridad porque no hay luces de ciudad ... ese no sentir ni un alma... EL VACIO MAS TOTAL FLOTANDO EN EL AIRE... buf... me creó una sensación de estar prisionera terrible .Me dio claustrofobia ... Me empezarona apitar hasta los oidos de tanto silencio.

Yo confieso que no puedo. Me atrae, pero sé que no puedo.


Un abrazo

Gabriel Cusac dijo...

Acabo de meter en el blog un viejo artículo que viene al pelo. Pásate por allí. Un abrazo.

Marina dijo...

Me pasa lo que a Femme, me gusta la ciudad, pero la pequeña ciudad en la que vivo. Me asustan las enormes ciudades en las que "perderse", no es sólo una palabra. Me gusta conocer a mis vecinos y preguntarles por su marido enfermo o por las notas de su hijo.
Yo he trabajado muchos años en pueblecitos muy pequeños y me gustaba mucho; sus gentes sencillas y hospitalarias, sus niños sonrosados y traviesos, el bar del pueblo en el que te servían según aparecías por la puerta, sin pedir, con un guiño. Pero a las 6 de la tarde yo cogía mi coche y salía de allí rumbo a mi casa, a mi Béjar del alma donde tenía de todo, absolutamente de todo. Entiendo los pueblos, pero no los comparto, no puedo, me agobio y me retumba la soledad como una losa (igual que a ti, querida Femme)Esta tarde me voy a Salamanca, a buscar a mis hijas que estudian allí y a comprarme un abrigo o algo así, pero luego volveré a mi casa, a mi pueblo grande y hermoso... a mi ciudad.
¡Qué se pare el mundo y yo os agarraré fuerte y os traeré conmigo, veréis que preciosidad de sitio!

mojadopapel dijo...

Pues a mi si me gustaría vivir en campo, en un pradito con casa como los que existen por esta zona, de hecho he estado viviendo a las afueras de un pueblo 2 años sola,....bueno con mi perro, sin vecinos a quien acudir en caso de necesidad a 1 Km. del pueblo..... en las noches de temporal, reconozco que daba un poco de yuyu, pero me metía en la cama y a dormir, no soy miedosa.
Eso si, en mitad del campo y en monte ya no me atrevería a hacerlo solita hay que tener agallas, conozco una mujer que vive así,y la admiro.