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COSAS EN COMÚN
Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
La luna que acompaña al tren nocturno
Barcelona-París.
Un cuchillo de luz para los crímenes
que por amor debemos cometer.
Nuestra maldita e inocente suerte.
La voz del mar, que siempre te dirá
dónde estoy, porque es nuestro confidente.
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.
3 comentarios:
Hola guapa. Ya sé que no son horas, pero estoy contenta. Primero porque estoy mejor y eso es un grado, segundo porque acabo de terminar un artículo con fecha de entrega que me tenía agobiada, muy, muy agobiada y tercero porque tienes tres entradas preciosas por las que no puedo pasar de puntiilas y les voy a dedicar tiempo.
Un beso y ¡qué ganas de verte!!!!!
:)
suena bonito.
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