Tener en los zapatos,
las ganas de marchar.
Tener en los ojos,
el deseo de mirar, y
quedarse prisioneros
en un mundo que solo
nos deja soñar, solo
soñar.
Almería, días de bricolaje a tope, vinitos y pescado playero, vuelta al bricolaje y por la noche para descansar alguna procesión paseando la ciudad y tapeando en el casco antiguo, un lujo.
Aqui os dejo fotos y un poema italiano en un bar Almeriense que me gustó.
1 comentario:
Qué ganas tengo de luz de mar y colores.
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