miércoles, 7 de abril de 2010

Sí, perdóname el cuerpo




.

.

.

.

.

.

.





Sí, perdóname el cuerpo,
perdóname la sangre que me agita, roja y sucia
que me embiste por dentro y se contiene
para no salir de golpe hacia tu corazón dormido,
desnudo de niñez, ciego de árboles.

Haz de mí un animal sonoro
y dame la palabra para que la mastique
para hacer con ella ave funeraria o pedregal
donde el tiempo nombre sus raíces
y sume al alfabeto su condición de espora,
vida de cuantas vidas sucesivas leguen sus multiplicaciones.

Dame la voz enferma, mutilada
para que sólo yo la escuche y la consuele
y me inyecte en los años la mitad del dolor
que por tu faringe cruza
o cae,
como sonámbulo erial de invierno.

No perdones los ojos, los ojos de mi madre,
las colecciones de ojos que apuntan a la nuca,
los ojos de mis hijos, de los hijos varones de la noche
o de las hijas ciegas que cuelgan del deseo.
Marca con el dedo cada franja de blanco,
cada pregunta que en la luz detiene la retina
y en un himno carcelario condena la hermosura.

Derríbame en la rabia de mil generaciones
y sígueme desnudo, muerte adentro,
con la boca cosida de cadáveres
hasta poder fingir, como Pessoa,
que alguna eternidad nos alimenta.

Sé verdugo de todo cuanto nombre
y deja que me incline para morir despacio
mientras siembro naciones en el verbo,
hazme negación y tinta,
pero deja este armazón que late
y me sostiene
para que te columpie,
para que te resbale como gota incendiaria
y amadamente tuyo surja de tus huesos.

Ahora que caemos sobre el día
ya sin alas
y el corazón nos ata con el látigo agudo de la tierra,
haz con tu voz un nido

y perdóname el cuerpo.


De "El Pulso".
EH Editores. Jerez de la Frontera, Cádiz. 2009

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

con tu voz un nido...
Qué certero.

Anónimo dijo...

Buenos días, mojadopapel:

Me gusta la poesía de esta poeta de Granada.

De este poema que has seleccionado escogería unos cuantos versos:

...No perdones los ojos, los ojos de mi madre,
las colecciones de ojos que apuntan a la nuca,
los ojos de mis hijos, de los hijos varones de la noche
o de las hijas ciegas que cuelgan del deseo.
...pero deja este armazón que late
y me sostiene
para que te columpie,
...
haz con tu voz un nido
y perdóname el cuerpo.
---
Gracias por traérnosla.
Saludos. Gelu