miércoles, 2 de junio de 2010

Dedicatoria


Ni tú, lector, ni el azul marino
detrás de la cortina, ni el arcón marrón,
ni el cambio del mejor tu-tu de bailarina,
ni de la lámpara el tallo en torsión
felina –como el carbón que da la mina
con la catástrofe de tren–
con lo que brota de mi pluma
nada tienen que ver.
Tú no existes para mí; a tu entender,
yo soy cirílica grafía, un decir…
Pero la sintonía entre dos sistemas de no ser
es más potente que en dos modos de existir.
Hojéame, por tanto, mientras no irrumpa
del himno el texto para el último viaje.
Tú eres todo o nadie, y es mutua
la anónima franqueza del lenguaje.

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Somos en en lenguaje. De ninguna de otra manera.
Buen texto.

Anónimo dijo...

El dedicao se habrá dado por aludido? Porque por tiempo para enterarse ya ha tenido. Va para quince días.

Donce dijo...

Niñaaa, desde el día 2 sin publicar???? pero weno!!