lunes, 31 de enero de 2011

Para que las palabras no basten....



Para que las palabras no basten es preciso una muerte en el corazón.

La luz del lenguaje me cubre como una música, imagen mordida por los perros del desconsuelo, y el invierno sube por mí como la enamorada del muro.

Cuando espero dejar de esperar, sucede tu caída dentro de mí. Ya no soy más que un adentro.



En El infierno musical (1971).

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Que el corazón no muera.

Eva Magallanes dijo...

Buen poema, imágenes peculiares que conforman un sentido macizo, profundo, en tan sólo unos cuantos versos. El Verbo y la Existencia.
Mi abrazo fraterno desde el confín austral!