lunes, 11 de junio de 2012

Desde otro cielo




Es levísimo murmullo el grito. En el cuenco de mi boca, un beso lírico se arrastra y me hu­medece el canto. ¿Cómo hablarte desde aquí si mutilaron cada miembro de mi voz? ¿Cómo recordarte que en las manos llevo un mapa y una brújula para ver si me extravío de esta mi locura de sin ti? ¿Cómo, si tu cuerpo está tan lejos de mi abismo, allí donde lo veo y no lo toco? ¿Cómo, si en tu cielo hay niños pecado­res y pájaros sin lluvia y en el mío mariposas que olvidaron que volaban, migas de libélu­las y nubes lloradoras? Tal vez si me lleno la mirada de silencios, si me arranco las antiguas cicatrices y ornamento tu tristeza con el hilo de mis venas, tal vez si me anudo los retazos de la lengua al arco de esa viola que olvidaste, sólo así sepultaré todos los barcos. Sólo así renace­rán las jacarandas.

2 comentarios:

Marina dijo...

Qué bonito cielo. Y la foto de las nubes preciosa, ya sabes cómo me gusta a mí las nubes.

No trabajes mucho.
Besitos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Las jacarandas están ahí. Solo tienes que mirarlas y alargar las manos.
Besos.