La noche volvía enferma al mar, nos detuvimos en el ámbar de
la luz marchitándose, en el agua de los días que se fueron.
Teníamos un poco de luz sobre las manos, en los límites de
nuestros cuerpos azules, en el cabello sumiso al viento, esparcido.
Teníamos la certidumbre de la derrota, del verano en fuga hacia
el horizonte, de las salamandras pequeñas que recorrían la
terraza, de las flores que esperan el frío. Teníamos la boca triste,
la piel triste, los ojos tristes insumisos, el silencio abrochado, la
última cópula, la última verdad mintiéndonos deprisa. Existimos
en nuestras sombras alargadas sobre sal, en nuestros ojos
poseyéndose indecentes ante el cielo, en los pájaros, que llegaban
de la nada a disputarse la tierra. Éramos hermosos. Nuestra piel
olía a vida escandalosamente(Un poema de Ester Muntañola)
6 comentarios:
Exquisito poema, lo he disfrutado mucho. Un saludo cordial.
Bonito poema y flor , como se llama Mayca que no me acuedo, ¿es la flor de lis?
Nuestra piel
olía a vida escandalosamente
encantador este final,llegue aqui de salto en saltos y me quedo con tu permiso
Besos muchos ♥♥♥
Un belleza de poesía, enhorabuena.
Me gustaría sentir ese mar de invierno.
Besos. Creo que estoy melancólico.
Una persona inteligente ignora a quien no la valora, abandona a quien no la merece y no deja ir a quien de verdad la quiere
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