lunes, 1 de diciembre de 2014

tarde a solas



Vacía la casa donde tantas veces
las palabras incendiaron los rincones.
La noche se anticipa
en el piano, mudo
que nadie toca.

Voy a solas desde un recuerdo a otro
abriendo las ventanas
para que tu nombre pueble
la mísera quietud de esta tarde a solas.
Ya nadie inmoviliza las horas largas y cerradas
a toda dicha mía.

Y tu recuerdo es otra cosa
grande y quieta
por donde yo tropiezo sola.
Y mis latidos forman una hilera de pisadas
que van desde tu puerta hacia el olvido.

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

la soledad siempre es necesaria para asentar todos los nombres
Besos.

Myriam dijo...

¡Qué hermoso poema en dónde pulsan la soledad, el recuerdo y el olvido en esa casa vacía!

Besos, Mayca