lunes, 21 de diciembre de 2015

Piel y Pedro Ojeda

Crónica y fotografías de la presentación en Burgos de piel el pasado viernes

Las fotografías de esta entrada fueron tomadas por Carmen Martínez de Simón y
editadas por Miguel Martín Camarero, que también fue técnico de sonido del acto. 
El pasado viernes 18 de diciembre tuvo lugar el acto de presentación de mi nuevo libro de poesía, piel, en el Museo de la Evolución Humana de Burgos. En realidad, no quise nunca que fuera una presentación al uso sino algo diferente, que quien acudiera al acto tuviera la sensación de entrar en un espacio lleno de sensibilidad desde que accediera a la sala, de la misma manera que la presentación en Candelario quise convertirla en íntima celebración de la salida al público del libro gracias a la ayuda imprescindible y cariñosa de Mayca, Marisa, Elena y tantos amigos de allí.
Con la ayuda de Paloma Fernández-Villa -a la que tanto debo como Secretaria del Club de lectura y como amiga-, de Neftis Paloma -coreógrafa y bailarina que se prestó con entusiasmo y profesionalidad a colaborar de forma generosa en el proyecto- de Álvaro Manso -que lleva con tanto acierto la Librería Luz y Vida de Burgos y que se ha convertido en un promovedor infatigable de actividades culturales de la ciudad-, y de mi buen amigo Miguel Martín Camarero -que ejerció de técnico de sonido solventando con eficacia todas las dificultades-, el reto fue más fácil de alcanzar. Es un placer contar con personas como estas, llenas de creatividad, entusiasmo y saber hacer, que no ven problemas nunca sino soluciones y que son capaces de hacer un hueco de horas en proyectos artísticos y culturales. Sin ellas, el acto del viernes no hubiera sido posible.
Quiero agradecer también al Museo de la Evolución Humana la cesión de la sala y la presencia en la misma de Alejandro Sarmiento (Director gerente), al que conozco desde hace años. Y, por supuesto, las amables palabras de recepción que dijo en representación del Museo Rodrigo Alonso (Responsable de Didáctica y Dinamización), al que también conozco hace tiempo. No puedo olvidar la colaboración del personal del Museo (los dos Jorges, Celia...), que contribuyó siempre a hacernos fácil lo que significaba trasformar un salón de actos en un espacio escénico, cosa que nadie había hecho hasta ahora. Cambiamos la disposición de las sillas, prescindimos de la tarima y la mesa habitualmente usadas para estos fines, modificamos la iluminación y el sonido...
Y es de justicia agradecer la presencia de tantas personas como acudieron. Siento que tantos se quedaran sin entrar porque la sala se llenara en pocos minutos y las normativas de seguridad impiden superar el aforo. Estoy pensando alguna forma de compensarlos. Desde el viernes recibimos decenas de mensajes de personas que no pudieron entrar y un cálculo razonable hace pensar en que fuera había casi tantas como dentro.
Inés Praga, Catedrática de Filología inglesa en la Universidad de Burgos, hizo una cariñosa y profunda introducción. Analizó el libro de una manera en la que me ahorró explicaciones posteriores. Como ella dijo, en piel he pretendido estructurar los poemas para que el tema central evolucione y se ajuste en cada modulación a un ritmo diferente. Tras su introducción el acto se adentró por el camino del recitado y la danza. Neftis Paloma coreografió tres momentos -al inicio, en el medio y al final- para los que agrupamos poemas que significaran ese camino que recorre la voz poética. Cuando ensayamos en Madrid estas tres piezas el acuerdo fue inmediato y todo -voz, música y danza- se acopló rápidamente gracias, sobre todo, a su forma de entender los poemas, su sensibilidad artística y su profesionalidad. Quienes la hayan visto bailar comprenderán los versos que puse en la dedicatoria de su ejemplar:
Cuando bailas, Paloma,
el aire se hace piel para abrazarte.
De los tres momentos pueden ser un pequeño testimonio las fotografías que acompañan esta entrada. El primero de ellos resulta impactante puesto que es la lucha del personaje por su liberación e independencia para alcanzar su personalidad; el segundo resulta delicadamente lírico y se corresponde con el hallazgo del amor, para el que quisimos ajustar hasta las tonalidades cromáticas con las mencionadas en los poemas recitados; el tercero es la liberación definitiva del personaje, que Neftis Paloma interpretó con el giro sufí, en el que es una especialista. Entre cada una de las piezas recité poemas del libro contando algunas anécdotas sobre cómo fueron concebidos y procurando evitar mi oficio de profesor y dar más explicaciones para que los poemas hablaran por sí mismos.
No quiero olvidar tampoco una de las finalidades del libro, recaudar fondos para las actividades sociales de los proyectos de la ONG SBQ. El hecho de que se agotaran los ejemplares disponibles en la sala es motivo de alegría. Sigue disponible en la Librería Luz y Vida.

Finalmente, quiero agradecer la cena a la que nos invitaron los miembros del Club de Lectura de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos, que siempre apoyan todas estas iniciativas y me hacen sentir arropado y querido.
Inés Praga, presentadora del acto.





2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Sabes que estuviste.

Myriam dijo...

Sublime.

No estando, como tú, estuve.