Hoy llueve en Cantagallo
y el otoño también llega a la sierra
con su serena pausa de las cosas.
Se ha despertado lenta la mañana
y es suave tentación tocar tu piel
mientras te busco el cuello para un beso
entre el desordenado
rizo de tu cabello.
Ya está puesto el café, pero qué importa.
(En homenaje a un poemario que me eriza la piel cuando lo leo)
2 comentarios:
¡Enhorabuena! Y que te siga erizando. Las alegrías cuando de comparten se multiplican.
Con cariño, un beso.
En Cantagallo estaba todo dispuesto y todo nos esperaba. Qué magia tiene esa casa.
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