lunes, 23 de marzo de 2020

Me gustaría saber.



En estos días de confinamiento nos asaetean continuamente  noticias que nos hacen pensar en la fragilidad humana. De nada sirve la posición económica, ni las influencias del tipo que sean, ni la clase social a la que pertenecemos, campea a sus anchas un virus maligno que no entiende de eso, solo se alimenta de seres humanos en debilidad y desgraciadamente caeremos muchos ahora, y todavía no sabemos si podremos librarnos de él en un futuro próximo.

Mientras vamos asumiendo lentamente esa fragilidad humana, y nuestra reclusión dirige nuestras miradas a la naturaleza, nos preguntamos ¿qué hemos hecho mal?, ¿estaremos gestionando bien los recursos naturales? Empezamos a ser conscientes de que, quizás, no hemos invertido suficientemente en investigación, ni estamos suficientemente preparados en recursos sanitarios para asumir esta plaga y las que nos toquen vivir a partir de ahora, cada vez más desconocidas. A pesar de disponer de medios técnicos poderosos, científicos brillantes y tecnologías avanzadas punteras, no somos capaces de combatir algo tan pequeñito como un virus.

Creo que vivimos un momento histórico que va a cambiar muchos parámetros y la percepción que tenemos de lo que nos rodea, momento especial para aprender a dar valor a lo que realmente lo tiene, e intentar luchar por ello. Siempre me gusta ser positiva y pensar ¿ qué podríamos sacar de bueno en estos momentos?  Creo que  esta experiencia sería buena para saber más y sobre todo para sacar datos, muchos datos, de convivencia, sociales, solidarios, económicos y científicos para mejorar nuestra calidad de vida y sobre todo para comprobar si realmente se necesitan tantos horarios rígidos e inflexibles que  no permiten tener un a conciliación familiar más equilibrada en pro de una productividad, a lo mejor, superior a la que tenemos actualmente y podríamos mejorar muchísimo tanta locura de horarios dispersos en la vida familiar. Tendríamos que revisar esto.

Tenemos una oportunidad de oro también para sacar datos científicos sobre la naturaleza, porque tengo verdadero interés en saber cómo ha mejorado la contaminación de las ciudades en estos días que no pisamos la calle y no cogemos el coche. Los animales, curiosamente están saliendo de los parques y su comportamiento extraño quizá se deba a nuestra ausencia... ¿Nos echarán de menos o echan de menos esa comida basura a la que les hemos acostumbrado? (gusanitos)... Quizás dentro de un mes los jabalís y lobos, extrañados, invadan la ciudad en este silencio callejero en que está inmersa la ciudad y se conviertan en fauna urbanita... ¿Habrá crecido la hierba en los senderos que normalmente recorremos los amigos en esta Sierra de Béjar? Y si esto ocurre en todo el mundo, como está sucediendo..., ¿se habrá mejorado la capa de ozono con este parón contaminante? Quizá la naturaleza nos estaba exigiendo un parón y como no le hacíamos caso nos lo ha exigido por las malas. Me gustaría saber.

1 comentario:

Pedro Ojeda Escudero dijo...
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