martes, 17 de marzo de 2009

Aretha Franklin



Tenía toda su discografia cuando era jovencita, allá por los setenta, hasta que fueron desapareciendo todos mis discos en los múltiples "guateques" mios y de mis hermanos, discos de vinilo que ahora serían maravillosos recuerdos para tocar, oír y sentir, fueron años dorados donde todo era resplandeciente, donde creías en el futuro y en una vida esperanzadora por hacer, ahora, cada vez que oigo su música solo tengo que cerrar los ojos y vuelvo a estar en los brazos de mi chico bailando en semipenumbra temblando de emoción y miedo a lo desconocido, a sentir algo especial que por la noche rememoraba segundo a segundo hasta caer rendida en el sueño, escuchar a Aretha es querer recuperar la inocencia es dejarse llevar por la ilusión del primer beso y volver a sentir, ya sin miedo, con la experiencia que da la edad, pero con la emoción y belleza del sentimiento por descubrir.

3 comentarios:

dintel dijo...

Bueno, pues vuelves a recuperarla en soporte CD, mp3 o el que te parezca mejor... pero no la dejes perder...

mojadopapel dijo...

Existen cosas que se quedan grabadas a fuego en el interior y no se pueden perder nunca.

Femmedchocolat dijo...

Qué hermoso es rememorar ese tipo de recuerdos, y qué bien que sea con una sonrisa en los labios. Ojalá que te dure mucho tiempo

Un beso, Mayca