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Saqueo
Como un depredador entraste en casa,
rompiste los cristales,
a piedra destruiste los espejos,
pisaste el fuego que yo había encendido.
Y sin embargo, el fuego sigue ardiendo.
Un cristal me refleja dividida.
Por mi ventana rota aún te veo.
(Con tu cota y tu escudo me miras desde lejos).
Y yo, mujer de paz,
amo la guerra en ti, tu voz de espadas,
y conozco de heridas y de muerte,
derrotas y saqueos.
En mi hogar devastado se hizo trizas el día,
pero en mi eterna noche aún arde el fuego.
10 comentarios:
Sensaciones ambivalentes me producen estos versos, amor en el dolor y en la ira, ¿es posible amar así?...
Y no dejes de contarnos y enseñarnos ese vestido. ¿Ha sido ya la fiesta? si aun no ha sido estarás maravillosa, si ya fue seguro que lo has estado. Mi felicitación y mi enhorabuena.
Sé feliz.
Besos
Contra el ardor, duchitas de agua fría, je je...
Buen finde.
Todo eso está muy bien, pero que nadie apague nuestro fuego ni rompa nuestros cristales. Protejámonos de los invasores y que hagan la guerra entre ellos y se maten si quieren.
Un poema precioso.
Besazos, mi bejarana.
..." en mi eterna noche, aún arde el fuego..."
Cuanto se resume dentro de esta frase.
Genial entrada, ardiente. Me gustó mucho.
Mil besitos!!!
Nunca dejemos que estas devastaciones sean totales. Besos.
Existen fuegos tan ardientes que no cesan... ni con la lluvia ni con nada mujer.
Un besazo amiga!!
¡Ay Dios!
(simple y pura exclamación)
Disfruta del fuego, es peor cuando se apaga.
Caray!, pues es menuda papeleta difícil esa... por un lado ser consciente de la atrocidad, y por otro que siga ardiendo el fuego...
En fin, espero que se encuentre un punto medio, o al menos que no haya tanta devastación. No hay porqué. Quien ama debería crear contigo, no destruir. Así es como debería ser, ¿no?
Un beso muy gordo, mojadopapel. Con loctite, por si acaso
Gracias cuarenti, te echaba de menos.
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